Haz que se pregunten por qué sigues sonriendo

El problema está en que no puedes pretender que porque tú cambies, que todos los demás cambiemos contigo.  Está bien que tú quieras avanzar, que te hayas ido y que hayas vivido nuevas experiencias; pero tienes que entender que cuando vuelvas las cosas aquí seguirán como antes, que aquí también pasa el tiempo y que los demás vivimos nuestra vida, pero no de la manera tan intensa como has vivido tú la tuya estos últimos meses. Este sigue siendo el mismo lugar del que te fuiste, con las mismas personas y cada una con sus mismas rutinas.   Y que esto no te confunda, que yo me alegro por ti y espero que te siga yendo así de bien, pero que la próxima vez que vuelvas ten en cuenta que al igual que tu sigues con tu vida y te has apartado de todos los que formábamos parte de tu pasado, nosotros también hemos seguido con lo nuestro.

Las palabras duelen, y duelen más cuando vienen de las personas que quieres. Palabras que te hacen derramar lágrimas, que te hacen sentir un dolor indescriptible, que te hacen sentir rabia y hasta impotencia. La realidad es que no duelen las palabras, duelen lo que ellas expresan. Puede ser cualquier tipo de palabra, sin importar la longitud, el numero de letras que contenga o el idioma al que pertenezca. Y es que p uede doler tanto un "no te quiero" como un "te quiero" dicho en el momento inoportuno o por la persona equivocada. Porque eso si, el contexto y la procedencia son importantes; hacen que algo que una mañana te resulte indiferente por la noche te haga pedazos. A pesar de todo el dolor que puede causar una palabra, a veces duele más la ausencia de ellas. El no decir nada, el silencio...que duro es esperar una respuesta que nunca llega, un te quiero, un estoy aquí contigo, un no pasa nada, o algo tan simple como un ¿como estás? Es tan duro como darse cu

Te agradezco todo lo que haces por mi, de principio a fin. Gracias.  Por quererme como lo haces, por amarme sin medida y por hacérmelo saber a cada hora del día. Por estar ahí siempre, tanto para sacarme una sonrisa como para ayudarme a levantar cuando me caigo. Por aconsejarme cuando estaba perdida. Por escucharme pacientemente cuando necesitaba desahogarme. Por secar mis lagrimas...en realidad, no solo por secarlas, sino por hacer hasta lo imposible para que no las derramase. Gracias por todos los besos dados, y mil gracias más por los robados. Por tu paciencia cuando no me entiendes, incluso cuando ni yo me entiendo. Por no perder la calma cuando yo pierdo los nervios. Por los buenos días y las buenas noches. Por cada segundo en el que me has hecho feliz. Por tu confianza. Y por tus oportunidades. Sobre todo gracias por seguir aquí.

Yo solo te pido que vuelvas, o que me dejes volver. Que sin ti mis días son castigos eternos y mi vida es un infierno. Que sin tus te quieros no se seguir adelante, y sin tus besos...sin tus besos simplemente no se vivir.

Los besos robados solo me gustan si eres tu quien me los roba, y las caricias con las manos frías solo si son tus manos.

En la vida te encontrarás con dos tipos de personas: personas en las que puedes confiar y en las que no. Estas ultimas serán las que te decepcionarán, las que intentarán hundirte de cualquier manera o simplemente las que quieran hacerte daño; y tristemente este grupo de personas es inimaginablemente grande. En cuanto a las del primer tipo, serán un grupo minúsculo, pero merecerá la pena conocerles y tenerles ahí. Por eso, a pesar de todas esas decepciones, de todos los rumores que puedan decir las personas del segundo tipo, a pesar de lo que piensen estas mismas, a pesar de que tu pienses que estás solo, que no hay nadie que merece la pena... Hay que seguir adelante sin tirar la toalla, pero eso si, con paciencia. Porque tarde o temprano llegará el día en que te encuentres a quienes entran dentro del primer grupo, a esas personas que están contigo en los momentos difíciles, que hacen lo imposible por que tengas una sonrisa, que son felices si tu lo eres. No esperes que te falten de

Siempre han dicho que los besos robados saben mejor...

Que antes de ti nadie había sido capaz de llegarme tan adentro, de cambiarme los esquemas y poner todo mi mundo patas arriba. Antes de ti nadie me había hecho tan feliz con tan poco, ni nadie me había  hecho sentir que yo realmente importo.  Nadie se había ganado mi confianza.   Pero tampoco nadie me había hecho tanto daño.

Hubo un tiempo en el que cualquier excusa era buena para abrazarle, en el que éramos todo. Soñaba cada noche con él, con sus besos y sus caricias. Ansiaba que llegara el momento de estar con él, y siempre me parecía demasiado corto. Felicidad en estado puro, eso es lo que corría por mis venas en aquel entonces... Ahora, me aterra volver a sentir ese algo.